Publié le 15 mars 2024

En resumen:

  • Calcular el coste real por puesto de trabajo es el primer paso para identificar las ineficiencias financieras de un modelo obsoleto.
  • Implementar un sistema de ‘hot desking’ gestionado por software y apoyado en soluciones de almacenaje personal previene conflictos y optimiza el uso.
  • Transformar espacios de bajo rendimiento (como pasillos anchos) en zonas funcionales de alto valor (como ‘phone booths’) maximiza cada metro cuadrado.
  • Adoptar un enfoque de ‘Space Planning’ basado en datos de ocupación real permite reducir los costes operativos generales hasta en un 30%.

Para un Facility Manager, el escenario post-pandemia presenta una paradoja costosa: las oficinas están visiblemente más vacías, especialmente lunes y viernes, pero los costes fijos de alquiler, suministros y mantenimiento permanecen inalterados. La respuesta común ha sido introducir mobiliario flexible o ampliar la zona de café, esperando que la cultura corporativa haga el resto. Sin embargo, estas medidas estéticas rara vez atacan la raíz del problema: un modelo de asignación de espacio obsoleto que ya no se corresponde con los flujos de trabajo reales.

La verdadera eficiencia no reside en comprar pufs de colores, sino en adoptar una mentalidad de logística financiera y espacial. Se trata de ver la oficina no como un contenedor de personas, sino como un portfolio de activos —los metros cuadrados— que deben generar un rendimiento medible. El desafío no es simplemente « hacer hueco », sino realizar un arbitraje espacial estratégico: desinvertir en los activos de bajo rendimiento (escritorios vacíos) para reinvertir en los de alta demanda (salas de proyecto, cabinas de concentración, zonas de colaboración dinámica).

Este artículo no es una guía de decoración. Es un manual de operaciones para transformar 300m² de espacio tradicional en una plataforma de trabajo híbrida y rentable. Analizaremos cómo diagnosticar los costes ocultos, implementar sistemas de puestos rotativos sin generar fricción, y reconfigurar el espacio físico para ganar hasta un 20% de superficie útil, todo ello basado en ratios de ocupación y cálculos de retorno de la inversión.

¿Por qué mantener un escritorio por empleado es un gasto obsoleto en 2024?

El modelo de un escritorio asignado por empleado se basa en una premisa que el trabajo híbrido ha demolido: la presencia constante. Mantener este esquema hoy es el equivalente a pagar una suscripción completa por un servicio que solo se utiliza dos o tres días a la semana. Desde una perspectiva puramente financiera, cada escritorio vacío no es un espacio libre, sino un pasivo financiero recurrente. El impacto de este modelo obsoleto es quantifiable y significativo, afectando directamente la rentabilidad de la empresa.

Los números hablan por sí solos. En España, el coste total de ocupación puede alcanzar los 37.525,40 euros anuales por trabajador, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Esta cifra incluye no solo el alquiler, sino también servicios, mantenimiento y suministros. Cuando un puesto asignado permanece vacío la mitad de la semana, la empresa está, en efecto, desechando casi 20.000€ anuales por ese único puesto de trabajo.

La ineficiencia es aún más evidente al analizar los patrones de uso. Investigaciones sobre la utilización de espacios de oficina demuestran que, incluso en días de alta afluencia, la ocupación real es sorprendentemente baja. Un estudio de XY Sense reveló que, en un día laboral típico, el 36% de las estaciones de trabajo no se utilizan ni una sola vez, y un 29% adicional se usan durante menos de tres horas. Estos datos confirman que el modelo 1:1 no solo es caro, sino que genera una sobreabundancia de espacio muerto que podría ser reconvertido para usos más productivos y colaborativos.

¿Cómo asignar puestos rotativos sin generar conflictos territoriales entre empleados?

La transición de escritorios fijos a un sistema de puestos rotativos, conocido como ‘hot desking’ o ‘flex desk’, es una de las palancas más efectivas para optimizar el espacio. Sin embargo, su implementación genera una resistencia común: el miedo al caos, la pérdida del sentido de pertenencia y los conflictos por « el mejor sitio ». Superar estos obstáculos no es una cuestión de suerte, sino de diseño logístico y comunicación clara. El objetivo es reemplazar la propiedad del espacio por el acceso garantizado a un espacio de calidad.

La clave del éxito reside en un sistema estructurado que combine tecnología y soluciones físicas. Empresas tecnológicas en España ya han reducido la capacidad de sus oficinas al 50% y eliminado los puestos fijos, apostando por un modelo que se apoya en tres pilares: un software de reserva de espacio, zonas de trabajo diferenciadas y soluciones de almacenaje personal. El software permite a los empleados reservar un escritorio para un día o bloque horario concreto, eliminando la incertidumbre y previniendo « batallas territoriales » a primera hora de la mañana.

Para que el sistema funcione, debe ser percibido como una mejora, no como una pérdida. Esto implica:

  • Proporcionar taquillas o casilleros personales (‘lockers’): Permiten a los empleados guardar sus pertenencias de forma segura, creando un « anclaje » personal en la oficina sin necesidad de un escritorio fijo.
  • Garantizar una infraestructura tecnológica homogénea: Cada puesto debe contar con un monitor, dock station y una conexión WiFi impecable. La experiencia debe ser ‘plug-and-play’, sin importar el escritorio elegido.
  • Diseñar zonas con propósitos distintos: Ofrecer áreas silenciosas para la concentración, zonas colaborativas para reuniones de equipo y espacios informales para llamadas rápidas. Esto permite que los empleados elijan su entorno según la tarea del día.

La transición debe ser gradual y acompañada de una comunicación transparente que enfatice los beneficios: mayor flexibilidad, más variedad de espacios de trabajo y una oficina más dinámica y adaptada a las necesidades reales.

Ratio 1:¿Cómo detectar los « costes fantasma » de su distribución de oficina actual en 5 pasos?

Los « costes fantasma » son todos aquellos gastos operativos derivados de una mala planificación del espacio que no aparecen como una línea explícita en el presupuesto, pero que drenan recursos de manera constante. Son los metros cuadrados de pasillos sobredimensionados, las salas de reuniones infrautilizadas o los despachos que permanecen vacíos el 80% del tiempo. Identificar estos costes es el primer paso para poder actuar sobre ellos. No se trata de una intuición, sino de una auditoría sistemática basada en la observación y el cálculo.

El primer error es subestimar el peso de estos costes. Más allá del alquiler, los gastos indirectos asociados a un puesto de trabajo son enormes. Análisis de costes empresariales indican que los seguros, beneficios, equipos y el propio espacio físico pueden suponer hasta un 70% extra sobre el sueldo de un empleado. Cada metro cuadrado improductivo arrastra consigo una fracción de estos costes en electricidad, climatización, limpieza y mantenimiento.

Análisis visual de costes ocultos en distribución de oficina mediante mapa de calor

Visualizar estos costes es fundamental. Un mapa de calor de ocupación, como el que se sugiere en la imagen, permite identificar rápidamente las « zonas frías » (baja utilización) que representan oportunidades de optimización y las « zonas calientes » (alta demanda) que quizás necesiten ser expandidas. Este análisis visual transforma datos abstractos en una herramienta de diagnóstico clara para la toma de decisiones.

Plan de acción: Detecte sus ‘costes fantasma’

  1. Mapeo de Puestos y Zonas: Cree un plano detallado de la oficina, numerando cada puesto de trabajo, sala de reuniones y espacio informal.
  2. Auditoría de Ocupación: Durante dos semanas, realice rondas de observación en diferentes momentos del día (9:30, 12:00, 16:00) y anote qué puestos están ocupados. Para una mayor precisión, considere el uso de sensores de ocupación.
  3. Cálculo del Ratio de Uso: Para cada puesto o zona, divida el número de veces que fue visto ocupado por el número total de observaciones. Un ratio inferior al 40% indica un « coste fantasma » claro.
  4. Análisis de Reservas de Salas: Revise el sistema de reservas de salas de reuniones. Compare las horas reservadas con las horas laborables totales. Identifique salas con ratios de uso bajos o con « no-shows » recurrentes.
  5. Cuantificación del Coste: Multiplique los metros cuadrados de las zonas de bajo uso por su coste anual por m² (alquiler + servicios). El resultado es el valor monetario de sus « costes fantasma » anuales.

El error de cálculo que deja la oficina desangelada los viernes y lunes

Uno de los mayores desafíos del modelo híbrido es la extrema variabilidad de la ocupación a lo largo de la semana. Es habitual encontrar oficinas a rebosar de martes a jueves, y prácticamente vacías los lunes y viernes. Este patrón, predecible pero a menudo ignorado en la planificación, genera una ineficiencia masiva. Se dimensiona el espacio (y sus costes) para el pico de ocupación, mientras que el 40% del tiempo (lunes y viernes) la infraestructura está dramáticamente infrautilizada.

Este fenómeno no es casual. Responde a un patrón de comportamiento claro donde los empleados optimizan su semana. Como revela una investigación sobre cronogramas de trabajo híbrido, los trabajadores tienden a reservar los días en la oficina para tareas colaborativas e interpersonales (reuniones, brainstorming), mientras que prefieren realizar el trabajo de concentración o « deep work » desde casa. Los lunes sirven para planificar la semana y los viernes para cerrar temas, actividades que a menudo se realizan mejor en solitario.

Ignorar esta realidad y optar por un modelo de « libre elección » total sin ningún tipo de coordinación es la receta para el desequilibrio. Para un Facility Manager, el objetivo es suavizar estos picos y valles de ocupación. Esto no significa forzar la asistencia, sino implementar un modelo de gestión más inteligente que distribuya la presencia de manera más homogénea.

Existen varios modelos para gestionar los turnos híbridos, cada uno con sus propias ventajas y ratios de ocupación esperados. La elección dependerá de la cultura de la empresa y los objetivos de colaboración.

Comparativa de modelos de gestión para trabajo híbrido
Modelo Ventajas Desafíos Ocupación media
Días fijos por equipo Mayor colaboración intra-equipo Menos flexibilidad individual 70-80%
Libre elección Máxima flexibilidad Días desiguales de ocupación 30-60%
Sistema rotatorio Ocupación equilibrada Requiere software de gestión 50-60%

¿Cómo transformar pasillos anchos en zonas de reunión informal (« Phone Booths »)?

En el proceso de optimización de espacio, el primer instinto es eliminar metros cuadrados. Sin embargo, una estrategia más astuta es la recuperación de espacios muertos para convertirlos en activos funcionales. Los pasillos anchos, las zonas de paso sobredimensionadas o los rincones olvidados son candidatos perfectos para esta transformación. En lugar de ser simples zonas de tránsito, pueden convertirse en valiosos espacios de trabajo que responden a necesidades específicas del modelo híbrido.

La implementación de cabinas acústicas o ‘phone booths’ es una de las tácticas más efectivas. Estas estructuras modulares y autoportantes no requieren obra civil y permiten crear mini-oficinas privadas en lugares antes impensables. Su principal función es devolver la privacidad y la capacidad de concentración que se pierden en las oficinas de planta abierta, uno de los mayores inconvenientes del trabajo flexible. Un empleado puede utilizarlas para una videollamada confidencial, una tarea que requiere máxima concentración o simplemente para aislarse del ruido ambiental durante una hora.

Desde la perspectiva del Facility Manager, esta estrategia es un triple acierto. Primero, aumenta la densidad funcional del espacio, haciendo que cada metro cuadrado trabaje más. Segundo, responde a una demanda real de los empleados, mejorando su experiencia en la oficina y su productividad. Tercero, es una inversión con un ROI rápido: el coste de una cabina se amortiza rápidamente si evita la necesidad de construir una nueva sala de reuniones o si permite reducir el número total de escritorios fijos al ofrecer una alternativa de concentración.

La transformación no se limita a las cabinas. Un pasillo ancho puede albergar una bancada alta con taburetes para reuniones rápidas de equipo (‘stand-up meetings’), pequeños nichos con butacas para conversaciones uno a uno, o pizarras verticales para sesiones de brainstorming improvisadas. La clave es observar los flujos de personas y identificar esos « bolsones » de espacio infrautilizado para darles un propósito claro y valioso.

¿Por qué ofrecer « trabajo desde cualquier lugar » es más valorado que un salario ligeramente superior?

La reconfiguración de la oficina no es solo un ejercicio de ahorro de costes; es una pieza fundamental en la estrategia de atracción y retención de talento. En el mercado laboral actual, la flexibilidad ha dejado de ser un beneficio para convertirse en una expectativa básica. Ofrecer un modelo de trabajo híbrido o remoto bien estructurado tiene un impacto directo y medible en la satisfacción del empleado, y por ende, en la estabilidad de la plantilla. Para la dirección, esto se traduce en un argumento financiero poderoso: es más rentable invertir en flexibilidad que afrontar los costes de una alta rotación.

El vínculo entre flexibilidad y retención está sólidamente documentado. El mayor estudio sobre el tema, publicado en la revista Nature, encontró que un modelo de trabajo híbrido bien implementado reduce la rotación de personal en un 33%. Este efecto es especialmente pronunciado en grupos clave como mujeres y empleados con largos trayectos, lo que demuestra que la flexibilidad no es un capricho, sino una solución a problemas logísticos y de conciliación muy reales. El coste de reemplazar a un empleado (reclutamiento, formación, pérdida de productividad) es significativamente mayor que el de adaptar un espacio de oficina.

La percepción de valor por parte del empleado es tan fuerte que se ha convertido en un factor decisivo en la elección de un empleador. La autonomía sobre dónde y cuándo trabajar se traduce en una mayor confianza, un mejor equilibrio vida-trabajo y, en última instancia, una mayor lealtad. Como subraya una investigación de SAP, la falta de flexibilidad es un motivo de ruptura.

El 42% de los trabajadores remotos actuales dicen que si su empresa actual no sigue ofreciendo opciones de trabajo remoto a largo plazo, buscarán un trabajo en una empresa que sí lo haga.

– SAP Research, Estudio sobre Workplace Híbrido

Para el Facility Manager, estos datos son cruciales para justificar la inversión en un rediseño. La optimización del espacio no solo ahorra dinero en alquiler, sino que contribuye activamente a retener el activo más valioso de la empresa: su gente.

¿Cómo calcular el coste real anual de tener a un empleado sentado en su oficina?

Para justificar cualquier proyecto de reconfiguración, el Facility Manager necesita un argumento irrefutable: el Coste Total de Ocupación por Puesto (TCOpP). Esta métrica va mucho más allá del simple alquiler por metro cuadrado. Consolida todos los gastos directos e indirectos asociados a mantener un puesto de trabajo físico, ofreciendo una visión 360° del coste real de cada silla. Calcularlo con precisión es el paso previo indispensable para demostrar el ROI de cualquier iniciativa de optimización.

La fórmula debe ser exhaustiva, incluyendo partidas que a menudo se pasan por alto. No se trata solo del espacio, sino de todo el ecosistema de servicios que lo soporta. Una aproximación rigurosa al cálculo del TCOpP seguiría los siguientes pasos:

  1. Salario Bruto Anual: Es la base del cálculo, aunque no sea un coste de espacio, es el centro sobre el que pivotan otros gastos.
  2. Cotizaciones a la Seguridad Social: Representan una parte significativa del coste total del empleado (en torno al 30-35% del salario bruto en España).
  3. Alquiler prorrateado: Calcule los metros cuadrados medios por puesto (normalmente entre 8 y 12 m²) y multiplíquelos por el coste anual del alquiler por m².
  4. Suministros y Servicios Generales: Sume los costes anuales de electricidad, agua, climatización, internet, limpieza y seguridad, y divídalos por el número total de puestos.
  5. Amortización de Activos: Incluya el coste prorrateado del mobiliario (silla, mesa), equipos informáticos (PC, monitor) y otros elementos del puesto a lo largo de su vida útil (generalmente 3-5 años).
  6. Licencias y Software: Considere el coste anual de las licencias de software que están ligadas al puesto físico o al dispositivo de la oficina.
  7. Costes de Personal de Soporte: Añada una fracción del salario del personal de ‘facilities’, recepción o soporte técnico que da servicio a esos puestos.

Al sumar todos estos componentes, la cifra resultante suele ser sorprendentemente alta, y evidencia el enorme potencial de ahorro. Implementar un sistema de ‘hot desking’ que permita reducir el número de puestos totales en un 20% o 30% tiene un impacto directo y proporcional sobre la mayoría de estas partidas. De hecho, la implementación de estos sistemas puede generar una reducción en costes operativos de hasta 30%, liberando un capital significativo que puede reinvertirse en otras áreas.

Puntos clave a recordar

  • El modelo de un escritorio fijo por empleado ya no es sostenible; cada puesto infrautilizado representa un pasivo financiero significativo.
  • La implementación exitosa del ‘hot desking’ no es un caos, sino un sistema logístico que requiere tecnología de reserva y soluciones de almacenaje personal.
  • La base de cualquier optimización es la medición: una auditoría de ocupación permite identificar los « costes fantasma » y cuantificar el potencial de ahorro.

Space Planning estratégico: cómo ganar un 20% de espacio útil sin alquilar más metros

Llegados a este punto, queda claro que la reconfiguración de la oficina híbrida trasciende la simple reorganización de muebles. Es una disciplina estratégica denominada ‘Space Planning’. Su objetivo no es reducir el espacio por reducir, sino maximizar el valor y la funcionalidad de cada metro cuadrado disponible. Se trata de alinear el entorno físico con las nuevas formas de trabajar, transformando un coste fijo en una ventaja competitiva. El resultado final es una oficina que no solo cuesta menos, sino que funciona mejor, fomenta la colaboración y mejora la experiencia del empleado.

El contexto económico actual hace que esta disciplina sea más relevante que nunca. Con costes de acondicionamiento y equipamiento en aumento, la opción de alquilar más metros es cada vez menos viable. Solo en la región EMEA, la última guía de JLL señala que los costes laborales para obras han subido más de un 12% en el último año. La única solución sostenible es, por tanto, hacer más con lo que ya se tiene. Ganar un 20% de espacio útil no significa derribar muros, sino eliminar puestos redundantes para crear una mayor variedad de espacios: más salas de proyecto, más cabinas de concentración, más zonas de reunión informal.

El ‘Space Planning’ estratégico es un ciclo continuo: medir, analizar, reconfigurar y volver a medir. Comienza con la auditoría de ocupación para entender los patrones de uso reales, sigue con la implementación de sistemas como el ‘hot desking’ para flexibilizar la asignación, y culmina con la reconversión de espacios recuperados en zonas de alto valor añadido. Este enfoque, basado en datos y no en suposiciones, garantiza que cada decisión de diseño esté respaldada por una lógica operativa y financiera.

El siguiente paso lógico es aplicar esta metodología para realizar una auditoría de ocupación de sus instalaciones y construir un caso de negocio sólido que demuestre el retorno de la inversión de su transformación a la dirección.

Rédigé par Elena Castellanos, Arquitecta experta en Workplace Strategy y certificaciones LEED/WELL con 15 años de experiencia transformando espacios corporativos. Especializada en diseño biofílico, acústica arquitectónica y cumplimiento de normativa técnica (CTE) para oficinas de alto rendimiento.